Artículos sobre la vestimenta romana.
– Las prendas cotidianas: togas, túnicas, abollas, etc.
– La vestimenta de las mujeres romanas (usted está aquí)
– Los sombreros y las gorras
– El calzado romano
– La ropa interior de los romanos
– El estatus social y la vestimenta en Roma
Introducción
En Roma por lo general la vestimenta comunicaba el estatus social de las personas. No solo su riqueza o pobreza, sino que además nos ofrecía distintos detalles sobre su posición en la sociedad. La mujer romana contaba con todo tipo de accesorios y prendas exclusivas para la mujer, las cuales iban desde la stola, las túnicas femeninas, el chiton y el peplos hasta la palla, un manto rectangular que podía ser utilizado como velo o bufanda. Los materiales de la vestimenta de la mujer también eran abundantes y muy diversos, generalmente abriéndose en un abanico de posibilidades a medida que aumentaba la posición de la dueña en la escala social. A lo largo de este artículo veremos y estudiaremos los distintos tipos de prendas y accesorios vestidos por las romanas, desde prendas tales como el ricinium, que era similar a la palla pero utilizado por las matronas hasta el supparrum, un velo que caía de la cabeza hasta la cintura. También trataremos el calzado de la mujer, las prendas utilizadas en las actividades deportivas e incluso las prendas interiores de la mujer de Roma.
Las túnicas de la mujer romana
La stola y la subucula
La stola (plural stolae) era una variedad de túnica que la mujer empezaba a vestir después del matrimonio. En su formalidad, era el equivalente femenino a la toga masculina. La misma era relativamente larga, y se extendía de los hombros hasta los pies. En los hombros se unía a través de dos tiras finas y cortas en su extensión. Esta se vestía por sobre otra túnica, denominada subucula o túnica interior y se ajustaba con un patagium (hablamos de la subucula y el patagium más adelante en este mismo artículo).
Como mencionamos anteriormente la stola era una de las prendas más emblemáticas de las mujeres romanas. La misma se vestía para asistir a eventos importantes, ir al teatro o asistir a una invitación a una cena o reunión. Las stolae podían ser de seda, lino o algodón. Aunque las de seda eran generalmente utilizadas solo por las mujeres pertenecientes a las clases altas. Sus colores iban del blanco crema -el color natural de la lana- al gris, el rojo y el purpura. Colores obtenidos con diferentes tinturas y pigmentos naturales.
Stolae matronae
En Roma se distinguía y valoraba a las mujeres con muchos hijos. Cuando estas tenían más de tres hijos podían vestir las stolae matronae, la cual se distinguía visualmente de las stolae comunes y permitían acceder a ciertos beneficios. Recordemos que Roma era una sociedad marcial constantemente en guerra, por esta razón la maternidad era algo cultural y socialmente importante, y convertirse en matrona le daba a la mujer varios privilegios sociales y económicos.
A lo largo de la historia romana el Senado promulgó todo tipo de leyes beneficiando a las madres numerosas. Por esta razón vestir las stolae matronae era útil cuando se deseaba asistir a los juegos, al teatro o, en tiempos de crisis, buscar el grano suministrado por el estado.
La subucula
La subucula (plural subuculae) o túnica interior, por lo general hecha a partir de seda o lino, ya que eran materiales frescos, livianos y confortables era una túnica liviana que se utilizaba por debajo de otras vestimentas. La misma era una de las prendas más populares entre las mujeres romanas. Tener una túnica interior era muy conveniente en los días fríos ya que la stola era un vestido liviano y poco abrigado.
La túnica interior estaba confeccionada a partir de una sola pieza y podía tener o no mangas, lo que otorgaba mayor comodidad dependiendo de la ocasión o del clima. Esta prende se utilizaba generalmente también como prenda interior y prenda de dormir, sobre todo durante los días fríos e invernales.
Las túnicas con mangas largas eran generalmente mal vistas entre los hombres, se consideraban como algo de mal gusto. No obstante, entre las mujeres no era mal visto, y era común que vistan túnicas con mangas largas, generalmente adornadas con bordados y otros detalles. Puede leer más sobre las túnicas romanas siguiendo el siguiente enlace.
El chiton
Las mujeres tenían un tipo de túnica femenina muy popular en la sociedad romana, el chiton (plural chitons o chitones). Estos fueron tomados directamente de las culturas griegas y adaptados a los estándares y gustos romanos. Al igual que las túnicas convencionales, estos cuentan con dos piezas que son unidas en los hombros, con la diferencia que en el caso de los chitons dichas uniones no se cosían. Por el contrario, los hombros eran unidos mediante botones o broches, dando un patrón de caída muy elegante y dejando pequeñas aberturas sobre los hombros de la mujer. Aunque esta prenda era casi exclusiva de las mujeres, hay retratos de hombres utilizando chitons. Si bien los chitons de seda eran buscados en gran medida por las mujeres de las clases más pudientes, no necesariamente eran exclusivos a las patricias. Entre las túnicas eran considerados como las prendas más elegantes que se podían conseguir. Las mujeres de menor poder adquisitivo solían vestir chitons de lino.
El siguiente busto de Vibia Sabina, permite ver lo anterior en detalle. Vemos como la unión en los hombros de su chiton no era cosida como en las túnicas tradicionales, sino que la misma estaba unida por un broche. Sobre el chiton Vibia Sabina viste una palla.
El plepos y la fibula
El peplos era otro tipo de prenda de vestir muy popular entre las mujeres de Roma, y como su nombre lo indica este también era de origen griego. Si bien su confección era similar a la de las demás túnicas, es decir, dos piezas de tela cosidas a los costados, este tipo de túnica presentaba una diferencia importante. Era tubular y los hombros no eran cosidos. Una segunda pieza, denominada fibula, era utilizada sobre los hombros. Dependiendo la clase los broches que ajustaban esta pieza podían ser de distintos metales preciosos. Este tipo de túnica también fue heredado y adaptado de la cultura griega, y era, en efecto, una de las prendas más populares entre las mujeres de la Antigua Grecia.
Un detalle curioso es que el plepos y la fibula podían vestirse de varias maneras distintas. Combinando distintos tipos de largos, ajustando la fibula por debajo del busto o por la cintura, etc. Era una de las prendas más populares entre las mujeres romanas, y a su vez la prenda más común con la que se representaba a las diosas grecorromanas en las estatuas.
Más sobre las túnicas romanas
En este artículo hemos hablado sobre las túnicas utilizadas por las mujeres romanas. La stola, el chiton y el pleplos. Para más información sobre las túnicas en general seguir el siguiente enlace, en el cual tratamos el tema en detalle.
Artículo principal sobre Las túnicas.
Accesorios de la mujer romana
El patagium
Era normal adornar la stola con una prenda extra denominada patagium. Esta era una especie de cinturón que se ponía sobre la misma. No muy ajustado y podía estar teñido de purpura, una tintura bastante costosa y símbolo de riqueza, o estar bordado con hilos de oro y otros arreglos como decoraciones de perlas. Era considerado muy elegante y el usarlo le daba prestigio social a la mujer que inmediatamente la distinguía como una persona adinerada o de buen pasar.
Las tiaras y broches
Las mujeres romanas solían adornar sus cabezas con todo tipo de tiaras y broches, los broches también eran utilizados en las prendas de vestir. Los frescos, mosaicos y estatuas nos muestran que los motivos florales eran los más populares entre este tipo de adornos para la cabeza, especialmente las tiaras que replicaban las hojas del olivo. Otro accesorio común para el pelo era una cinta, generalmente dorada o plateada, la cual daba tres vueltas a la parte trasera de la cabeza.
No obstante, y sobre todo en las mujeres de las clases sociales más elevadas, los peinados elaborados eran la opción preferida durante las salidas al teatro o las reuniones sociales. Un tipo de peinado muy popular entre las mujeres patricias de la era imperial consistía en un rodete frontal muy elevado como el que puede verse en el denominado busto Fonseca (principios del siglo II d.C.). También se estilaban accesorios altos para el pelo como el que podemos observar en el busto de Livia (siglo I d.C.).
Busto Fonseca. Siglo II. Busto de Livia. Siglo I.
Debemos aclarar, no obstante, que no todos los estilos de cabello de las mujeres romanas eran tan elevados o excéntricos, generalmente utilizaban peinados y estilos de cabello no muy distintos a los que podríamos observar en el presente.
Faustina la Menor de jóven. 147-148 d.C. Busto de Agripina la Mayor, 17 a.C.- 33 d.C.
No obstante, lo más común entre las mujeres romanas del Imperio era utilizar diademas y tiaras de todo tipo. Si bien por lo general las tiaras imitaban la forma de las hojas del olivo, también eran populares los diseños de tiara adornados con perlas y piedras preciosas entre las mujeres más adineradas. Las mujeres plebeyas solían utilizar tiaras hechas a partir de cintas.
Busto de una mujer romana de mediados del siglo II utilizando una tiara. Busto de Vibia Sabina vistiendo una diadema, finales del siglo I.
Los velos y mantos
Cubrirse la cabeza era común tanto en mujeres como en hombres, las mujeres utilizaban la palla y la ricinum, con este fin mientras que los hombres utilizaban el pallium, la paenula o la ambolla.
La palla
La palla (plural pallae) era utilizada por las mujeres como accesorio para la cabeza o los hombros, más popular pero relativamente similar al pallium utilizado por los hombres. Era un manto cuadrado o semi-rectangular, e indicaba prestigio dentro de la familia. Generalmente era utilizado por las matronas. En ocasiones la misma iba de la cabeza hasta los pies, ya que era común que se utilice enganchada al pelo por la parte trasera de la cabeza, generalmente atada a un rodete con una cinta, formando un largo velo que caía por la espalda. Así mismo, era muy común también utilizarla como un chal o una bufanda en los días fríos.
La palla, al igual que muchas de las prendas ya mencionadas, fue tomada de la cultura griega. Más precisamente del himatión (la versión romana era más diminuta). Para sostenerla, las mujeres utilizaban alfileres o pequeños broches.
El ricinum
El ricinum (plural ricina) no tuvo un uso muy prolongado en el tiempo en Roma comparado con otras prendas de vestir. Esto lo sabemos gracias a los frescos, los mosaicos, las estatuas y relieves, los cuales nos mostraban las distintas modas y usanzas del tiempo en el que fueron pintados o tallados. Rápidamente fue reemplazada por la palla, la cual era relativamente más pequeña en tamaño. La palla, al igual que la ricinum, también era un velo pero mucho más práctico. Generalmente se podía utilizar como bufanda, como chal o como capucha. Era de gran popularidad entre las mujeres romanas.
El supparrum
El supparrum (plural suppara) era más que nada una capa que iba desde los hombros a los pies. Se enganchaba generalmente de la subucula y su característica era que lograba cubrir los brazos de la mujer envolviéndola en un manto de seda, que era muy popular entre las mujeres adineradas. Las mujeres plebeyas solían combinarla con una capucha dándoles una prenda más utilitaria.
El calzado de la mujer romana
La mujer romana contaba con una amplia variedad de calzado a su disposición, desde simples sandalias de cuero hasta ornados zapatos con complejos patrones decorativos sobre su superficie. Incluso, existía una versión femenina de las sandalias militares romanas, las famosas caligae. Esta versión femenina se denominaba caligae muliebres.
La mujer romana no solo vestía sandalias, la misma también contaba con elegantes zapatos hechos en cuero. Desafortunadamente debido a la fragilidad del cuero al paso del tiempo y los elementos, pocos ejemplares han llegado a nuestros días. La imagen a continuación pertenece a uno de los hallazgos arqueológicos mejor preservados. Notamos la cantidad abundante de orificios que servían tanto para su decoración como para brindar comodidad al airear los pies.
Artículo principal sobre El calzado romano.
Ropa interior y deportiva
El strophium (plural strophia) o el mamillare (plural mamillaria) era una banda de tela o cuero que cubría y presionaba el busto de la mujer. Se utilizaban durante actividades físicas y deportivas, como muestran los frescos que han llegado hasta nuestros días, en los cuales se ven a varias mujeres realizando todo tipo de actividades físicas mientras visten este tipo de prenda.
Debido a la extensión y complejidad del tema, tratamos el mismo en su propio artículo.
Artículo principal sobre La ropa interior de los romanos.
Materiales utilizados en la vestimenta romana
La lana era el tipo de material más utilizado y común para confeccionar las prendas, principalmente dada su abundancia, bajo costo y fácil manejo. Esto no quiere decir que no se utilizaran otros materiales. Dependiendo del poder adquisitivo de la persona en cuestión las prendas podían ser de algodón, lino o seda. Por ejemplo, las mujeres patricias de buen pasar utilizaban casi exclusivamente seda para sus chitones. También se utilizaba el cuero, sobre todo en el calzado y para reforzar distintos tipos de prendas con listones de dicho material. Como es lógico de asumir las decoraciones eran un punto importante a la hora de definir el gusto de los romanos.
Los adornos de perlas -uno de los tipos preferidos de joyas por las mujeres- eran muy utilizados para adornar desde los broches en las túnicas hasta las mismas sandalias o zapatos. El oro y la plata a manera de hilos era otro de los materiales utilizados en la decoración de las prendas. Las personas más pudientes generalmente vestían prendas con finos patrones cosidos en estas con hilos de oro o plata.
Así mismo diferentes tipos de tinturas eran utilizadas para darle color a la ropa. La purpura-una tintura muy costosa obtenida de los moluscos y considerada de excelente gusto- y otras tinturas de origen vegetal, también eran utilizadas para embellecer las prendas.
Curiosidades
- La palla se podía doblar para simular los dobleces de una toga. No obstante, esta era una práctica realizada por las prostitutas para anunciar su oficio.
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