Nota: este es un sub-artículo de la Biografía de Julio César. Para obtener más información sobre el contexto social, político e histórico de las causas que llevaron a la formación del Primer Triunvirato, recomendamos leer la Biografía de Gayo Julio César, del Triunvirato a la Guerra de las Galias.
Qué fue el primer Triunvirato y su contexto
Eran tiempos turbulentos en Roma, la cual hacia solo tres décadas había sufrido una guerra civil, la famosa y sangrienta Primera guerra civil de la República romana y apenas se estaba recuperando de los efectos producto de la rebelión de los esclavos liderada por Espartaco. En esta guerra civil, la facción de los populares, más cercana al pueblo y los plebeyos y liderada por Gayo Mario, se había enfrentado a la facción de los optimates, más cercana a los patricios y los senadores y liderada por Sula. La facción de Sula resultó victoriosa, y durante casi tres décadas reprimió política y socialmente a los miembros de la facción de los populares.
El Primer Triunvirato fue una alianza política entre Gayo Julio César, Marco Licinio Craso y Pompeyo magno. El mismo tuvo lugar en el año 60 aC. poco tiempo después de que Julio César, quien había demostrado públicamente su apoyo a la facción de los populares (de hecho este era sobrino de Gayo Mario), intentara postularse como cónsul cuatro años antes, siendo sus ambiciones frenadas rápidamente por el Senado.
Fue entonces que César, cuya mente estratégica estaba muy por encima de sus contrincantes, vislumbró una genial estratagema política en la cual le propuso a dos hombres del partido de los optimates, rivales y enemigos entre si, una alianza estratégica de beneficio mutuo. Estos eran Craso, a quién César había asistido durante la campaña contra los esclavos de Espartaco, y Pompeyo, quien dio su apoyo a César unos años antes cuando este intentó postularse como cónsul.
Craso, perteneciente a los optimates pero que había demostrado un cierto nivel de entendimiento con algunos populares, y Pompeyo, también aliado a los optimates, eran rivales entre si. No obstante, gracias a la mediación de César forjaron una alianza basada en el oportunismo político para beneficiarse mutuamente, con César sirviendo como vínculo mediador entre ambos.
La creación del Triunvirato
En el 60 aC. en una muestra de maestría política Julio César sella un pacto con Marco Licinio Craso y Pompeyo Magno subiendo éstos al poder al convertirse en los cónsules de dicho año. César, quien se encontraba en una difícil posición tras las accionas en su contra llevadas a cabo por el Senado tras su alineamiento público con la facción de los populares, queda con buen prestigio político tras haber logrado aliar a estos anteriormente enemigos.
El Triunvirato fue una oportunidad dorada para los propósitos y fines de sus miembros. Es lógico asumir que cualquiera de los tres miembros hubiese preferido quedarse con todo el poder, es la naturaleza humana después de todo, pero fueron las características particulares de cada uno de ellos y sobre todo la necesidad de fortalecerse ante sus enemigos las que los llevaron a unirse en este trío de poder.
Entre las características más importantes con la que contaba cada uno de los triunviros nos encontramos por un lado la popularidad de César con la plebe, la cuantiosa fortuna y cantidad de propiedades y bienes de Craso, y la influencia militar y senatorial así como el apoyo de las legiones que poseía Pompeyo.
Julio César se convierte en cónsul de Roma
En el año 59 aC. césar es electo cónsul junto a Marco Calpurnio Bíbulo. Como cónsul César supo manejar la situación política para agradar a los otros dos triunviros, es decir concederles grandes favores legislativos, llegando en algunas oportunidades al punto de forzar la constitución con tal de otorgarles dichos beneficios. En favor de Pompeyo aprobó la ley agraria que favoreció a los legionarios veteranos y en favor de Craso rebajó los tipos de interés que los recaudadores de impuestos debían de pagar al estado.
Esto quizá nos es explicado por la importancia que César veía en fortalecer esta unión entre los Triunviros, en oportunidades tan dedicado a esto llegando a entregar a su propia hija a Pompeyo como símbolo de unión -matrimonio que floreció en un gran amor a pesar de haber sido arreglado-. César no fue, sin embargo, el único Triunviro dedicado a fortalecer el Triunvirato, cada miembro de este estaba comprometido a desaprobar las leyes que afectaran a alguno de sus miembros.
En su tarea como cónsul César no solo se preocupó por el bienestar del Triunvirato, sino que también se dedicó profundamente a mejorar una sociedad Romana que venía en caída moral y económica producto de tantos años de crisis interna y una guerra civil. Instauró medidas para el fortalecimiento de la familia, recompensaba económicamente a las mujeres con numerosos hijos; impulsó la restauración de la legislación agraria de los de los hermanos Graco; el otorgamiento de tierras estatales a los ciudadanos pobres con más de tres hijos junto al otorgamiento de tierras a 20 mil soldados que volvían del frente de batalla -algo que era fuertemente reclamado por Pompeyo para sus veteranos-. Debemos destacar el uso del Acta Diurna -que podría considerarse el primer periódico de la Historia- con la cual se informaba a los ciudadanos de las novedades de la República y las medidas tomadas por su cónsul.
Mientras tanto César continuaba enfocado de lleno en construir su base de poder, y para esto le era fundamental asegurarse del control del único ejército emplazado en Italia, lo cual logra al declararse gobernador por cinco años de la Galia Cisalpina y Narbonensis -decisión que como veremos lo recompensará enormemente-.
Otra de las acciones importantes tomadas por los triunviros fue el llenar los cargos públicos y políticos con gente de su confianza. Todos éstos nuevos magistrados siendo clientes y aliados, en mayor o menor medida, de alguno de los triunviros. Podemos pensar con toda la razón entonces que éstos, los Triunviros, eran a este punto una monarquía compartida y camuflada como República.
Al final de su período como cónsul Julio César asegura la elección de Pisón y Gabinio -o Gavino dependiendo de la traducción preferida- como cónsules, quedando entonces asegurado el terreno político de Roma bajo su tutela. César tomó a la hija de Pisón, Calpurnia, como esposa. Haciendo, en una movida relacionada, subir como tribuno de la plebe a Clodio.
César parte a las Galias y el Triunvirato se deteriora
César entonces parte a su nueva provincia la cual se dispone a reorganizar y administrar. Con éste lejos la relación entre los otros dos Triunviros, lógicamente, comienza a deteriorarse. Decimos lógicamente ya que es claro que César era un vínculo intermediario entre ambos, un eslabón, entre éstos poderosos hombres que nunca pudieron sanar las rivalidades de su pasado.
Craso que aparentemente no había cerrado las heridas de su antigua contienda con Pompeyo, comienza a utilizar a Clodio como herramienta para deteriorar la posición de éste último; mientras que éste otro utilizaba a Milo para contrarrestar a Clodio, el peón de Craso. Así éstas dos figuras eran manipuladas como piezas de ajedrez en una batalla de intereses entre dos de los más poderosos hombres de Roma, arrastrando de esta manera no sólo a toda la esfera política romana sino también al pueblo hacia una previsible contienda.
Durante este período la capital sufriría una corrupción endémica, y ciertamente una brutalidad como pocas veces antes vista. Los senadores que no caían en el chantaje eran asesinados, los caminos estaban desolados y las guardias urbanas no podían erradicar el crimen razón por la cual vivían acuarteladas dejando a las ciudades bajo una total y brutal anarquía, la cual iba en aumento día a día.
Nos encontramos con que los votos eran vendidos y en los padrones aparecían individuos que no eran ciudadanos, los cuales figuraban solo para votar por algún patrón de turno. La violencia También era utilizada a la hora de ganar votos, golpeando a los que votaran erróneamente e incendiando sus casas si éstos se equivocaban en su voto.
Pero toda situación de máxima tensión lleva, inevitablemente, a una ruptura. Si nos encontrásemos en la situación de señalar cual fue el momento de ésta ruptura, que terminó desencadenando los sucesos que uno a otro llevaron a la guerra civil, como si fuera un domino político, indudablemente podemos señalar hacia este particular punto en la Historia como el lugar de quiebre.
Pompeyo, si bien era un optimate, se alejó de manera considerable de dicha facción durante los primeros años del Triunvirato. No obstante, por diferentes razones entre las cuales la de mayor peso fue su constante lucha contra Craso, comienza a acercarse a la linea dura optimate y busca formar una alianza con Cicerón, quien se encontraba exiliado en Macedonia.
El acuerdo de Lucca, el último intento por salvar el Triunvirato
En este punto el Triunvirato ya no es ni la sombra de lo que era al momento de su formación, y en su corto tiempo de existencia ya sufría de un grave debilitamiento. César, no ignorante de la situación a pesar de haberse alejado en las Galias, comienza a tomar noticia de este asunto, por lo que sabiamente decide presidir de mediador entre ambos, tratando de esta manera intentar salvar la alianza. Esta mediación llega en el 56 aC con el acuerdo de Lucca, donde se restablece la relación entre los triunviros, o al menos podemos decir que vuelven dialogar y se planea una nueva redistribución del poder.
Singular vuelco se logra gracias a una re-distribución de poder, sin duda alguna la única razón por la que se aliaron en el primer momento. Deciden que Craso y Pompeyo serían candidatos al consulado y darían a César los votos necesarios en ciertas medidas que éste necesitaba. Se le otorgan además los poderes proconsulares de Siria a Craso e Hispania y Egipto, que tan funestamente le resultaría luego, a un cliente político de Pompeyo. César podría contar con un total de cuatro legiones más -lo que, como veremos, le permitiría concretar la invasión a Britania en el futuro-.
La muerte de Craso y el fin del Triunvirato
Mas, no obstante, esta reconciliación fue sólo en realidad una simple bocanada de aire para una ya muerta alianza política. No pasaron más de cuatro años cuando en el 52 aC. se desencadena el fin del Triunvirato, tras un grave incidente que rompe la relación definitivamente.
Cumpliendo con sus tareas como procónsul de Siria, Craso se dirige en el 53 aC. hacia el Medio Oriente a tomar el control directo de las campañas militares en la región. Iniciando así una campaña militar contra el Reino de Partia sin pedirle permiso al Senado. Esta sería una campaña atroz para los romanos. Craso no era un militar, y queriendo toda la gloria para si mismo rechaza la oferta de ayuda ofrecida por Artavasdes II. Peor aun, en vez de ingresar a través de Armenia marcha directamente a través del desierto, sufriendo fuertes bajas para luego ser derrotado en la Batalla de Carras donde pierde su vida tras caer en una genial trampa puesta por Surena, el líder de los partos.
A este punto solo quedaban César y Pompeyo. Tanto Milo como Clodio, ambos sin poder propio ya que eran fichas de César y Pompeyo, utilizaban a los collegia -bandas armadas- para llevar continuamente el caos a sus contrincantes. Es entonces que la situación se descontrola y en una rápida sucesión de eventos Milo mata a Clodio, el pueblo -que desconocía de los negocios sucios de Clodio- se rebela e incendia el Senado, ya que consideraban a Clodio como un mártir y no como el personaje corrupto que realmente había sido con vida.
Fue Pompeyo el que, luego de exigirle condiciones al Senado, concurrió con sus legionarios a la capital para reprimir la situación de descontrol y revuelta. A causa de ser el ‘salvador’ es entonces declarado como cónsul sin colega -una forma política de decir Dictador- de esta manera Pompeyo toma el poder total de Roma y ya no habría vuelta atrás.
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