Los ejércitos de la Monarquía romana

Los ejércitos romanos durante los tiempos de la monarquía romana y la reforma de Servio Tulio. La evolución de los ejércitos romanos.

Artículos sobre la Evolución del ejército romano:

El ejército romano durante la monarquía
El ejército romano durante la República temprana
Las reformas militares de Mario

Introducción

Una de las características principales que definieron al ejército romano fue su capacidad para adaptarse a nuevas situaciones y enemigos, algo que, con el paso de los siglos, llevó a Roma a convertirse de una pequeña ciudad estado en el centro de Italia en un imperio intercontinental. Su constitución, armamento, formaciones y tácticas cambiaron muy frecuentemente con el paso del tiempo, adaptándose a encuentros con nuevos rivales y aprendiendo tanto de sus aliados como de sus enemigos.

El ejército romano del siglo VI a. C.

En el ejército del rey Lucio Tarquinio Prisco (reinado, c. 616 a. C. – c. 578 a. C.), cuando Roma era una simple ciudad gobernada por los denominados reyes etruscos, luchaban conjuntamente romanos, otras ciudades itálicas y etruscos unidos bajo la dominación cultural y militar etrusca. Los etruscos empleaban la falange como formación de combate predilecta a pesar de que su armamento era de estilo itálico (caracterizado por el porte de un gran escudo), y por ende sus estados cliente hacían lo mismo. Si bien durante este remoto período la lucha carecía de estrategias complejas y se asemejaba más a un combate campal entre dos masas enfrentadas de hombres, podemos destacar ciertos factores organizacionales de importancia a la constitución del ejército: este se dividía en grupos culturales de los cuales los etruscos formaban su columna vertebral y los romanos junto a los otros pueblos itálicos servían como tropas de choque o desborde.

Detalle de la sítula de la Pania.
Detalle de la sítula de la Pania mostrando la falange hoplítica (final s. VII a. C.).

Así mismo, los soldados romanos debían suministrar su propio equipo de combate y armadura. Razón por la cual las lanzas, espadas y protectores solían ser muy diferentes entre estos, otorgándole a los ejércitos una apariencia irregular y muy distinta de la que hoy en día se tiene en mente cuando se piensa en los uniformes ejércitos de la República tardía o del Imperio (siglos más tarde, gracias a la Reforma de Mario, el ejército romano se convertiría en uno de los primeros ejércitos profesionales en la Historia).

Las reformas de Servio Tulio

Con la llegada del sucesor de Prisco a Roma, es decir el rey Servio Tulio (reinado, c. 578 a. C. – c. 534 a. C.), se abandona la agrupación cultural de combatientes y se implementa el sistema de clases. Este sistema se caracterizó por dividir a los hombres según su censo (censo que el mismo Tulio realizó tras su ascensión al poder) y la cantidad de tierras que poseían. La lógica detrás de dicho sistema radicaba en pensar que un hombre con una mayor cantidad de tierras lucharía con mayor firmeza debido a todo lo que tenía para perder; mientras que un hombre pobre preferiría cuidar su vida a perder unas pocas pertenencias, por lo que sería un soldado que huiría fácilmente de la batalla dejando al ejército debilitado en medio de la contienda.

En las imágenes anteriores observamos: un grabado del rey Servio Tulio, sexto rey de Roma, y a un soldado con equipo completo del tiempo de las reformas de Servio Tulio.

Columnas y centurias

Sabemos gracias a los escritos de Dionisio de Halicarnaso que las centurias y el rango de centurión ya eran utilizados por los etruscos. Servio Tulio introduce a las centurias de manera parcial en Roma para las clases más livianas, mientras que la primera clase mantiene su organización columnada común a la falange de hoplitas. Es importante comprender que en este contexto histórico la palabra centuria hacía referencia tanto a la clase del censo como a la división de hombres en el campo de batalla.

El ejército romano pasó entonces a estar conformado por un total de seis clases -de las cuales una era no combatiente-. Las clases a su vez se organizaban ya sea en las tradicionales columnas o en centurias de 45 hombres, de los cuales 30 eran combatientes y el resto se encargaba de las tareas necesarias para mantener al ejército bien suministrado, reparar el armamento y construir y mantener los fuertes (originalmente las centurias etruscas tenían 100 hombres. No obstante, su número fue variando con cada reforma del ejército romano y el nombre de «centuria», que obviamente implica cien, quedó por tradición. Ver el artículo principal sobre las centurias para una detallada historia de su evolución y variación en el tiempo).

Composición de las clases

  • La primera clase, la cual a su vez era la más rica, se integraba por 40 columnas similares a los hoplitas macedonios. Los soldados de esta clase generalmente contaban con su panoplia (el equipo de combate completo, tanto en armas y escudos como armadura y casco).
  • La segunda clase estaba compuesta por 10 centurias de lanceros generalmente pesados a intermedios.
  • La tercera clase estaba compuesta por 10 centurias de lanceros generalmente intermedios a livianos.
  • La cuarta clase estaba compuesta por 10 centurias de tropas regulares (infantería con espada).
  • La quinta clase estaba compuesta honderos y jabalineros cuyo objetivo era ubicarse en la línea frontal y bañar al enemigo con una lluvia de piedras y jabalinas con el fin de desestabilizar su formación.
  • Por último, la sexta clase estaba compuesta por no combatientes que cumplían tareas de transporte y administración. Además de estos había contingentes de trompeteros y herreros, fabri, que acompañaban a las tropas, así como sirvientes, cocineros, escribas etc.
Esquema de las tropas romanas bajo Servio Tulio
Disposición de las tropas según la clase durante la reorganización del ejército de Servio Tulio. La primera clase generalmente estaba conformada por etruscos.

Unidades de escaramuza y edades

Ya desde estos tiempos, aunque no tan elaborado como en los siglos posteriores, se efectuaba un combate de múltiples líneas. Es decir, una vez iniciada la batalla y arrojadas las piedras y jabalinas los grupos de escaramuza se replegaban detrás de las demás clases dejando el combate cuerpo a cuerpo a los lanceros, y así sucesivamente.

Otra característica importante de esta época era la división por bloques de edades del ejército. Los jóvenes de 17 a 40 años -algunos escritores clásicos sostienen hasta 46 años- iban a la campaña mientras que los veteranos de 40 a 60 años se quedaban protegiendo la ciudad. Esto es lógico si tenemos en cuenta el rigor físico extremo que representaban durante las campañas militares las duras marchas, muchas veces a campo traviesa, recordemos que en esta época el sistema de caminos romanos que hoy nos maravilla todavía no existía.

Fuentes de contemporáneas

Desafortunadamente hoy en día no contamos con fuentes contemporáneas a este período de la historia militar romana. Nuestras mayores fuentes al respecto son Polibio de Megalópolis, y su trabajo Historias, quien vivió unos 300 años después a los eventos aquí mencionados así como también Dionisio de Halicarnaso y Tito Livio, quienes vivieron unos 500 años después. No obstante, gracias a los diferentes estudios arqueológicos y comparativos (ya que los romanos utilizaban ejércitos muy similares a los de sus vecinos) se han podido comprobar y desmentir varios hechos históricos de los ejércitos romanos durante los tiempos de la monarquía.