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Politicas de Augusto
Creado: 26 de Diciembre del 2005
Modificado: 16/08/06 Modif. Masiva.
Categoría: Politica
IMPERIVM
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Introducción
Augusto consideró que la organización y ordenación administrativa de los territorios gobernados era una tarea superior a la conquista militar. Esto lo refleja en su famosa frase: "Alejandro no habrÃa considerado que poner orden al Imperio que habÃa ganado era una tarea más encomiable y grandiosa que ganarlo". Durante los más de 40 años que gobernó se enfocó en aumentar el nivel cultural de Roma y en devolverle la moral y las buenas costumbres a su pueblo, "la antigua usanza", el cual estaba hundido en comportamientos innobles y poca moral. Su amplia polÃtica de construcción y de impulso económico le dieron un respiro a la población, sobretodo a la agricultura, la cual, junto con la economÃa en su conjunto, se encontraba estancada desde hacÃa décadas. Su prudente gobierno impulsado por su dote de estadista e innata habilidad polÃtica dieron como resultado una era de prosperidad sin precedentes conocida como la Pax Romana.
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PolÃtica y organización territorial
Augusto puso un notable énfasis en la administración del estado y para esto reestructurarÃa, dándole en definitiva un nuevo sentido, a varÃas instituciones republicanas que consideraba obsoletas. Ciertamente no podÃa destruir la antigua aristocracia, ya que las instituciones republicanas todavÃa habitaban profundamente en el corazón los ciudadanos, por esto mantuvo al Senado y al orden senatorial aunque gradualmente lo irÃa modificando a su parecer eliminando la reinante burocracia que lo constituÃa.
Cambios en el Senado y las oficinas Republicanas
En su polÃtica logró construir un edificio de gobierno práctico para enfrentar las nuevas exigencias que requerÃa un Imperio tan amplio. Sin embargo, a pesar de estas modificaciones Augusto trató de conservar cuanto pudo las antiguas instituciones republicanas, o al menos pretendió hacerlo, y junto con ellas a los cargos individuales que la caracterizaban -Cónsules, Pretores, Tribunos, etc-. De estas instituciones y cargos renovó en gran medida sus funciones, transformando al Senado de un órgano ejecutivo a uno administrativo, y adaptándolas además a la coexistencia de ejercer bajo la tutela del Princeps. Podemos definir esta coexistencia, en si, como el conjugar de la antigua MonarquÃa con las magistraturas republicanas. Siendo, de aquà en más, esta relacion entre Princeps y senadores la que constituirÃa el funcionamiento del Estado Romano. El tiempo la probarÃa benefica ya que logra otorgar una solidez administrativa nunca antes vista al Imperio.
Con los poderes que adquirió como Tribuno y Censor procuró tener control sobre el Senado, depurando a los miembros que le resultasen incómodos. Una principal herramienta de este mencionado control se basaba en el sistema de calificaciones impuesto, que permitÃa, o no, el ingreso a este cuerpo.
Augusto concentraba los poderes republicanos en una persona, lo que literalmente lo convertÃa en un Monarca, salvo que esta MonarquÃa encubierta tenÃa una persona legal totalmente justificada bajo las costumbres republicanas. Lo que, e impulsado por sus partidarios, lo hacÃa verse como una autoridad legal y no como a un Rey o a un Dictador. Gradualmente, al igual que los Senadores, los Cónsules dejan de ser la cabeza de gobierno y pasaron a ser entes administrativos. De esta manera el estado contarÃa con el servicio de hombres de primer orden que no hacÃan peligrar la autoridad del monarca.
El gobierno de las provincias
Más allá de los cambios que mencionamos el senado continuó siendo el cuerpo principal de magistrados. Entre las nuevas funciones de este se acrecentaron sus funciones legislativas. El Senatus Consulta pasó a ser un tribunal supremo con funciones judiciales. Más allá de tener el Imperium Maius, o sea un poder proconsular de mayor peso que el de los Procónsule, Augusto prefirió mantener una buena relación dichos gobernadores. Si bien presentó este respeto, las provincias fueron divididas en dos tipos. Las Senatoriales confiadas a un gobernador sin mando militar quien era nombrado por el Senado; y las Imperiales que eran gobernadas por un legado del gobernador.
De hecho Augusto devolverÃa al gobierno gran cantidad de provincias que anteriormente, durante el Triunvirato y la Guerra Civil, habÃan quedado bajo su mando. Solamente se quedarÃa para si el mando de Hispania, la Galia y Siria.
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El Concilium Principis
Otras adiciones importantes fueron algunas como la del Concilium Principis. Augusto nunca se presentó a discutir temas con el Senado sin antes estar preparado para esto, uno de los mayores recursos de los que se valió fue de un comité senatorial restringido que le servÃa a manera de asesores. Al unirse con los Amici Principis, se da el Concilium Principis la cual era una institución totalmente imperial.Â
Además de éstos casi 20 Senadores consejeros, lograrÃa reunirse de un pequeño grupo de colaboradores que no eran ni más ni menos que un orden ministerial de primer nivel. Como, por ejemplo, Agripa que promoverÃa las reformas urbanÃsticas impulsando un desarrollo sin precedentes solo rivalizado por el gobierno de César; o Mecenas quien serÃa un promotor cultural tan importante apadrinando escritores, escultores y demás artistas que su nombre quedarÃa inmortalizado en la historia como benefactor del arte y la cultura.
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Los Ecuestres
Para contrarrestar el poder de la antigua aristocracia Augusto impulsa un segundo orden aristocrático, el Orden Ecuestre, los cuales estaban menos ligados a la tradición y más a su persona. Estos hombres Además de ocupar puestos en el Concilium Principis también llevarÃan misiones muy delicadas, como el comando de la guarnición de Roma, Praefectus Praetorio, el manejo de la provincia de Egipto, Praefectus Aegipti. Entre sus tareas también estarÃan las financieras, de su propio patrimonio y del patrimonio estatal. Esta nueva aristocracia era en base al mérito, un ecuestre llegaba a serlo primero habiendo pasado por los mandos inferiores y duros del ejército, como los Auxiliares.
Suetonio cuenta:
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El Arapacis, este altar fue construido en el año 9 ac celebrando la victoria sobre Hispania y la Galia. Es sÃmbolo de la Pax Augusta y prosperidad del Imperio Romano en aquel tiempo. |
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Militar
Augusto realizó cambios radicales en el ejército, uno de los más amplios fue crear el primer ejército y marina profesional de Roma, es decir, un ejército permanente que se encargarÃa de la protección del Imperio. Su gobierno no se caracterizó por campañas prolongadas, sino por pequeñas campañas de ajuste territorial y de manejo polÃtico, esto posiblemente se daba ya que Augusto nunca fue un estratega supremo como su padre adoptivo Julio César y constantemente debÃa relegar el mando militar en generales de confianza.
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Ejército
Este estarÃa compuesto por una infanterÃa pesada de 25 legiones de 5500 hombres cada una, integradas por ciudadanos romanos en su totalidad; más cuerpos auxiliares, cohortes de infanterÃa ligera y alas de caballerÃa compuestas por no romanos, es decir por peregrini. El profesionalismo y la experiencia de estos ejércitos se pudo mantener con largos servicios de voluntarios que una vez comprometidos a servir a Roma firmaban un compromiso de vigencia, cuyo tiempo de duración dependÃa del arma, 16 años para los pretorianos y 20 para las legiones y cohortes urbanas. El soldado cobraba una soldada anual y un subsidio de jubilación -que podÃa ser en tierra o dinero- para asà asegurar su vejez. El soldado que se encontraba en servicio vivÃa acuartelado y no podÃa formar una familia -aunque más adelante podrÃan hacerlo "extraoficialmente"-.
Augusto se aseguró, al menos simbólicamente, la lealtad de estos hombres haciéndoles jurar obediencia solo al Emperador. Fue de vital importancia en su polÃtica asegurarse el manejo total del ejército, de hecho se ocupaba de detalles tan mÃnimos como hasta de escoger personalmente ciertos centuriones. Ya que Augusto no podÃa personalmente enviar a sus tropas al campo de batalla se aseguró de escoger de entre los senadores de alto rango tres de éstos que le sean de confianza, a quienes utilizarÃa como sus generales. Estos senadores, que a su vez servirÃan de legados, los cuales eran los encargados de ordenar en nombre del Emperador, y se ubicaban en las provincias donde las tropas estarÃan acantonadas.
Otra gran reforma que vio el ejército de la mano de Augusto fue su emplazamiento. Para evitar que estas tropas interfirieran en la polÃtica interior de Roma, como frecuentemente habÃan visto ocurrir lÃderes anteriores, la solución de Augusto fue simple y eficiente, emplazando las legiones en las fronteras conflictivas. Pero Augusto no podÃa arriesgar su poder a grupos armados, por lo que mantuvo 3 cohortes en la ciudad de Roma y 6 en las proximidades bajo su mando. De estas cohortes nacerÃa la Guardia Pretoriana, encargada de resguardar al Emperador. Para proteger la ciudad del crimen instituyó las cohortes vigili, un equivalente a nuestras fuerzas policiacas actuales.
Con respecto a la disciplina de sus hombres fue severo y dio un gran hincapié en el mantenimiento del orden y la subordinación de sus tropas. Suetonio escribe:
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Marina
Luego de la decisiva batalla de Actium la base marÃtima de la flota quedó ubicada en el Forum Iulii, posteriormente se trasladarÃa a Miseno y Rávena. Para fortalecer regiones estratégicas claves, tanto en el suministro de granos, mercancÃas y de importancia geopolÃtica como son el Mediterráneo y las zonas amenazadas por los germanos. Augusto emplazarÃa una escuadra en AlejandrÃa para los primeros y otras en el Rhin y el Danubio para los últimos. La flota del mar Negro darÃa sus frutos al ejercer un papel central en la lucha contra los germanos.
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EconomÃa
Si bien muchos Emperadores romanos fueron pésimos economistas, y Agusuto no fue la excepción al principio de su carrera, podemos mencionar varios puntos sobresalientes en las polÃticas económicas de este Emperador. En un principio gravarÃa la agricultura con fuertes impuestos, pero después sus polÃticas tomarÃan una forma más definida que le devolverÃan el carácter productivo a la economÃa romana. Esto se lograrÃa en parte con fuertes impulsos a la agricultura que llegarÃan a manera de subsidios a los agricultores responsables, los cuales se potenciarÃan con una mejora circunstancial en la infraestructura. La reubicación de tierras cultivables dadas a los veteranos ayudó a incrementar la masa productiva, también con el mismo objetivo donó pequeñas parcelas a los pobres que al menos llenarÃan sus necesidades básicas. Se abrieron nuevas minas y se crearon nuevos caminos junto a rutas que agilizarÃan el traslado, además de mejorar y re-adaptar los ya existentes; Además del combate de vándalos en los caminos y piratas en las aguas que minaban el libre transporte por el territorio romano.
Para combatir la pobreza Augusto se valerÃa de vender trigo barato en los graneros del estado y de iniciar una fuerte campaña de construcción renovación de edificios y monumentos que bajarÃan el nivel de desempleo y pobreza en gran medida.
Junto con la reorganización económica se reformuló el tesoro, el fiscus, que pasarÃa a ser un tesoro imperial mucho más cuantioso y rico que el aerarium, el antiguo tesoro estatal que era manejado por los senadores.
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Construcción y la ciudad
Augusto serÃa absolutamente sincero en sus palabras: "He encontrado una ciudad de ladrillo y la he dejado de mármol". serÃa imposible enumerar la cantidad de construcciones que realizó ayudado por los consejos de Marco Agripa. Entre los más importantes estarÃan la nueva casa de los senadores la Curia Romana, los templos de Apolo y al Divinio Iulius -Julio César divinizado en el naciente culto al Emperador-, la ampliación de acueductos, el embellecimiento de calles y fachadas y los no acreditados Teatro de Pompeyo y el Teatro Capitolino.
Augusto comprometerÃa a varios Senadores en la contribución económica de tipo voluntario para embellecer la ciudad y encargarse de su mantenimiento. Dividiéndola en barrios denominados vici, un magistrado se encargarÃa de su correcto funcionamiento y mantenimiento. TenÃa ciertamente la intención de convertir a Roma en un modelo a seguir.
Se encargarÃa de desglosar la gran cantidad de tareas de los Ediles en distintos cuerpos menores especializados en dicha tarea. Por ejemplo la función policial es transferida al Praefectus Urbis; la repartición del grano al Praefectus Annonae; la Regulación religiosa pasarÃa al mismo Augusto. En esta misma época perderÃan, Además, la superintendencia del mantenimiento de templos y edificios; muchas de sus obligaciones jurÃdicas serÃan transferidas al Pretor. No obstante Augusto dotarÃa a los curules con la tarea de apagar fuegos, dotándolos de un ejército de 600 esclavos para dicha función; tarea que no durarÃa un tiempo muy prolongado bajo control de los Ediles curules ya que posteriormente serÃa tomada por el Praefectus Vigilum. Incluso las tareas más pequeñas, como el control y pavimentación de los caminos serÃan derivadas a distintos curadores. Como por ejemplo los Curatores Viarium se encargarÃan de las rutas y caminos.
Dejemos que sea el mismo Augusto el selector de las obras más importantes, en su autobiografÃa:
Suetonio nos comenta:
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Cultura
Moral y familia
Augusto lucharÃa toda su vida por retornar a los antiguos valores y herencia romanos. Mediante leyes, castigos y recompensas trató de aumentar el Ãndice de nacimientos en Roma, premiando a las familias con tres o más hijos y multando con impuestos a los célibes. Esto se debÃa a que Augusto sentÃa una gran preocupación por como se estaba dando la situación de desapego a la tradición de la familia entre los romanos, la utilización de medios anticonceptivos y el infanticidio habÃan llegado a un punto tal que la población romana natural habÃa comenzado a decrecer mientras las familias de peregrinis se multiplicaban década tras década. Para poder incrementar el valor de la institución matrimonial comenzó utilizar los recursos que le permitÃan sus poderes de Tribuno y de Censor haciendo que el estado se implique en la protección de esta. Para incrementar la moral también combatió la homosexualidad y la prostitución penándolas duramente.
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Arte y Literatura
Culturalmente inició una edad dorada de la literatura y las artes, la cual se conoce como El Siglo de Augusto. Valoró y financió autores que escribÃan sobre los valores romanos, esto lo hizo convirtiéndose en el patrono de poetas, escultores, arquitectos y demás artistas puramente romanos. Estos autores en retorno a los favores debÃan adaptarse a sus lineamientos y además favorecer su figura y la del Principado, vemos en la Eneida de Virgilio un ejemplo de esto:
Consideró a La Eneida de Virgilio, una de sus obras más queridas, una herramienta fundamental para aumentar el orgullo de la población a la herencia cultural romana. Ovidio, Horacio, Virgilio, Tibulo, Livio, Propercio, y demás autores de la era dorada de la literatura romana se iniciaron bajo su protección. Generalmente sus hombres de confianza dirigÃan estos cÃrculos intelectuales, como son Asinio Polión, Valerio Mesala, y un hombre que representa de tal manera lo aquà expuesto que antes de morir le darÃa significado a su nombre: Mecenas.
Si bien durante su reinado mantuvo una predilección por el nacionalismo romano esto no le impidió aceptar la magnanimidad del arte Helénico. Augusto demostrarÃa su gusto por el idealismo Griego en contadas ocasiones. Siendo el mármol uno de sus medios predilectos llenarÃa Roma de esculturas y monumentos de este material talladas en un claro estilo Griego.
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Religión
Augusto favoreció ampliamente a los Dioses romanos y fue hostil hacia las religiones orientales. Apolo fue su Dios favorito y a quien en mayor medida le dedicarÃa atención y beneficios. Bajo su gobierno se vieron construidos, y reconstruidos, infinidad de templos, altares y estatuas que acercaban los Dioses a toda la población. Suetonio comenta:
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